
Durante mucho tiempo nos han enseñado que el propósito es algo que hay que encontrar.
Una meta, una causa, una vocación.
Como si estuviera escondido en algún lugar del mundo, esperando que lo descubramos.
Pero en Instituto SURGE creemos algo diferente:
El propósito no se busca. Se recuerda.
No está perdido.
Está silenciado.
Está esperando a que pares, respires… y vuelvas a ti.
Tu propósito no siempre está en “hacer grandes cosas”.
Muchas veces está en cómo te relacionas contigo y con el mundo.
Aparece en gestos sencillos, en decisiones íntimas, en pequeños momentos de presencia.
Está en eso que:
Harías sin que nadie te lo pida.
Te emociona profundamente compartir.
Te conecta con tu esencia, incluso si no puedes explicarlo con palabras.
Eso que haces con amor, intuición y verdad…
Eso que incluso has callado por miedo o dudas…
Ahí hay una pista.
Hay personas cuyo propósito no está en liderar grandes proyectos, sino en su forma de estar en el mundo. En cómo acompañan.
En cómo escuchan.
En cómo sostienen con su sola presencia.
Y eso también transforma.
Porque el propósito no siempre se mide, pero siempre se siente.
Recordar no siempre es un momento eureka.
A veces es un proceso suave, progresivo, íntimo.
Aquí algunas preguntas que pueden ayudarte a iniciar o continuar ese camino:
¿Qué parte de mí he estado silenciando?
¿Qué actividad me hace perder la noción del tiempo?
¿Qué me emociona compartir, aunque no me paguen por hacerlo?
¿Qué quiero dejar de posponer?
A veces, recordar también es incomodar, remover, soltar.
Y en ese proceso, ya estás caminando con propósito.
Un regreso a lo esencial.
A tu autenticidad.
A tu luz.
No necesitas “encontrarte” desde cero.
Solo necesitas reconectarte con lo que ya vive en ti.
El propósito no siempre grita.
A veces susurra…
Y basta con que te detengas a escuchar.
Este es un espacio para volver a ti.
Y si estás en ese camino, bienvenida/o. No estás sola/o.
Si te gustaría recibir más información y detalles de nuestros servicios y programas contáctanos ahora.